Y siguiendo con mi falta de inspiración y motivación por culpa del puñetero COVID, os dejo una mini entrada chorra por no tener el blog abandonado a su suerte.
El otro día, Instagram me recordó una foto que hice el 13 de mayo de 2017 y me di cuenta con ella lo que he mejorado en el tema fotos dese entonces.
Cuando te metes en este hobby y comienzas con el tema fotos, a veces nos emparanoiamos con que es necesario tener un diorama lleno de detallitos para que quede una buena foto y que sin eso no vale la pena hacer fotos de interior.
Yo incluída también pensaba así en aquel momento y como se puede ver en la foto, intentaba montar escenas con las muñecas; cual era el problema?, pues que realmente no tenía cosas en condiciones como para monetar un escenario medio decente y lo único que hacía era recopilar puñetas puestas encima de la base del diorama.
Osea, ni siquiera tenía suelo para hacer distinción con las paredes…
Ahora, me he ido dando cuenta de que tener un gran diorama espectacular tampoco es esencial para hacer una foto resultona, es mejor tener acondicionado un pequeño rinconcito o saber jugar un poco con el ángulo de la foto y esas cosas.
Me miro esa foto y otras por el estilo de entonces y me parecen el horror comparadas con las que hago en este momento y eso hace que me sienta orgullosa de lo que he mejorado sin darme cuenta.
Mismo diorama pero con un suelo y como decoración un puñado de telas de colores, no hay puñetas de ningún tipo por en medio ni falta que le hacen para que la foto quede bien.
Y ya, hasta aquí Lena poniéndose un gumet en la frente por el crecimiento personal en el campo de la fotografía kekil.
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