Ahora que ya os he presentado a Momo y sabéis como nació, voy a hablaros de Nana. El nacimiento de la idea de Nana también tiene relación con Pussie Toys y es que, al poco de hacer a Momo, la chica de Pussie Toys hizo una ilustración de otra coneja y al verla me pareció muy del estilo de Momo, así que, aunque no inmediatamente, acabé comprando la ilustración, hablé con Pussie Toys para comentarle lo que quería hacer y bueno, me puse a ello.
La ilustración en concreto os la dejaré más abajo para que la veáis, pero se puede ver una conejita que luce una camiseta en la que poner «basta la experimentación animal», está llena de heridas y sostiene un pintalabios mientras a ella se la ve llorando.
Para hacerla, volví a coger el modelo de Minifee Momo, solo que esta vez la pieza del torso en vez de cogerla con pecho, la cogí sin.
Al principio tuve dudas de si cogerla con el pecho máximo y hacer como que la habían operado poniéndole pecho o lo contrario, cogerla sin nada de pecho como si se lo hubieran quitado.
La ilustración no da señales de que tenga pecho y para aclarar mejor esta duda, volví a hablar con Pussie Toys y me dijo que ella la había dibujado pensando en que su pecho era muy poquito, así que me decidí por la pieza sin pecho.
El resto todo igual, partes de fantasía y una cabeza para hacerla adorable y la otra para modificar.
En cuanto al custom!
Al llegarme a casa la muñeca, lo primero que hice fue la peluca; si os fijáis en la ilustración, la coneja tiene el pelo más bien «rizado» o con bucles y un corte por encima de los hombros. Yo no soy muy fan de los rizos, sobretodo cuando para cambiarles de ropa, normalmente has de quitarles la cabeza y por lo tanto la peluca, o que cuando te las llevas de quedada al ir en la bolsa de transporte y eso, pues se suelen estropear bastante el tema rizos; así que opté por hacerla lisita, manteniendo los colores y el largo, así como la zona rapada con la cicatriz.
Después de la peluca le busqué unos ojos que fueran bien con ella; como en la ilustración los tiene cerrados, no tenía un color definido, así que me decidí por unos lilas que creo que con el tono magenta del pelo le van muy bien y para la cara de loca, pues al igual que Momo, un ojo de cada, para realzar un poco más «el tipo» de locura interna que tiene.
Por último, para facilitarle un poco el trabajo a Lydia Studio, le hice yo misma los tatuajes que quería para ella y le marqué a lápiz dónde tenían que ir las cicatrices de su cuerpo.
Una vez marcada, tatuada y sellada, la empaqueté bien y la mandé al spa a que terminaran de darle vida.
En cuanto a sus referencias, a Lydia Studio le pasé la ilustración en la que estaba basada y le dije que tenía que tener un aire ligeramente más infantil que Momo y más alegre también para su cara normal. Para la cabezita modificada en cambio, tenía que ser algo distinta a la de Momo. Momo luce una sonrisa enseñando sus dientecitos y Nana a parte de tener un ojo más abierto e inyectado en sangre que el otro; en su sonrisa nos muestra más su lengua, para darle un aspecto ligeramente más perturbado.
¿Y la idea?
Bueno, así como Momo hace hincapié en las apariencias y lo que nos pueden engañar; Nana hace referencia a lo que pueden llegar a sufrir los animales debido a la experimentación con ellos y con lo de sufrir no me refiero solo a físicamente sino que también mentalmente.
Os dejo alguna foto de Nana y de la ilustración en la que está basada y si no lo habéis hecho aun, os vuelvo a recomendar que visitéis las páginas tanto de Pussie Toys como de Lydia Studio para ver más trabajos suyos.
En la próxima y ultima entrada sobre estas dos conejitas os hablaré de la relación entre ellas.
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