En esta ultima entrada sobre Momo y Nana os hablaré de la relación entre ellas, como las dos ideas se entrelazan en una misma “historia”; para saber un poco de donde salieron las respectivas ideas, tenéis las entradas Presentando a Momo y Nana Vol. I y Vol. II.

Vamos a ello, pues…

Momo y Nana son dos conejitas de laboratorio; nacieron en uno de echo y por lo tanto no habían conocido nunca nada que no fuera la jaula en la que “vivían”.
Al principio, todo eran mimos, dormir arropadas y juegos con el resto de conejitos que estaban con ellas hasta que iban creciendo y uno a uno desaparecían y no volvían más. Momo y Nana, inocentes aun, pensaban que igual los trasladaban a un sitio más amplio y que por lo tanto, cuando ellas tuvieran el tamaño adecuado, pues también irían a ese lugar a encontrarse con el resto.

Al llegar ese momento las trasladaron si, pero nada más lejos de la cruda realidad. A cada una la metieron en una jaula distinta y más pequeña, en una torre de varias jaulas en la que estaban algunos de aquellos conejos con los que habían compartido juegos, solo que ahora eran tristes y daban miedo. Entonces una luz se encendió y pudieron ver claramente lo que les hacían a cada uno.

La primera de las dos en ser escogida para aquellas pruebas fue Momo; a la que sumergieron en un líquido de olor fuerte y que a los minutos de estar en el, su color había desaparecido completamente, dejándola blanca nuclear y probocándole unas quemaduras en las patas traseras.
Después de esto, vio como el que le había arrebatado su precioso color rojizo tomaba notas, la dejaba de nuevo en su jaula y hacía que por la parte trasera de la jaula entrara un aire caliente que lo único que consiguió fue asustarla todavía más.

Momo, después de aquello se resistió todo lo que pudo a siguientes pruebas, teniendo incluso que sedarla para poder hacerlas ya que se volvió agresiva.
Aunque la que peor lo pasó fue Nana. A Nana, la abrieron en canal, le trepanaron el cráneo, la tatuaron…; en fin os podéis hacer una idea.
Con el escarmiento de Momo y su agresividad, a Nana directamente la sedaban antes incluso de sacarla de la jaula y Momo, todas y cada una de las veces, se lanzaba contra la puerta de su jaula para intentar salir de ella hasta que volvían a dejar a Nana en su sitio.
Nana, para tranquilizar un poco a su hermana mayor, aun y agotada y drogada por cada prueba, siempre ponía todo su esfuerzo en girarse hacia Momo y darle una sonrisa; solo para que viera que estaba “bien”.

Acabaron escapando. Momo, de tanto lanzarse contra la puerta de su jaula, acabó por abrirla y ayudó a su hermanita a salir. Escaparon de allí en mitad de la noche, por una rejilla de ventilación que las llevó a un bosque que quedaba detrás de ese horrible lugar; allí se encontraron con Rin, y pensaron que al igual que ellas y por su aspecto, había escapado también del laboratorio, aunque ella les explicó que no.

De todas maneras, las 3 se juntaron y Momo y Nana juraron que aunque no podrían hacer nada por el resto de conejos de aquel sitio; acogerían y protegerían a todo conejo que quisiera unirse a su familia y así comenzaron con la pequeña y particular Rin.

Obviamente después de todo lo vivido en aquel laboratorio del horror, a Momo y Nana les quedaron secuelas tanto físicas, como psicológicas y por eso hay ocasiones que igual por un detonante o sin el, dejan de ser conejitas aparentemente “dulces” y tranquilas y se vuelven algo sanguinarias y agresivas.

Y es que, los animales rescatados de mal vivir, de ser sujetos de pruebas y maltratos o de abandonos repentinos, aunque a simple vista puede parecernos que están “bien”, muchos de ellos no llegan a recuperarse nunca completamente y pueden tener un factor que haga de detonante en algún momento y que los haga cambiar repentinamente y debemos ser conscientes de que eso no es su culpa, sino la nuestra.

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El Baúl de las kekas

Mi nombre es Lena, tengo (ahora) 32 años y comencé en este hobby como una vía de escape de mis, entonces problemas personales; ahora se a convertido en una importante parte de mi vida y la disfruto como tal, aprendiendo algo nuevo día tras día.

1 comentario

Kiivasha · 23 marzo, 2018 a las 09:31

Genial la historia aun que a su vez terrible x lo mal q lo pasaron las 3.
Ahora por lo menos son felices aun cn esos cambios. Y son bellas pase lo q pase xq se protegen entre ellas y otros cm ellas.

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