Hoy quiero hablaros en el ¡Birra Time! sobre mi visión personal del hobby, o bueno, más concretamente respecto a las muñecas dentro de esa visión personal.
Hace unos días hablaba con una amiga (o nos «quejábamos» más bien) de lo caprichosas que pueden llegar a ser algunas muñecas (hablo en femenino por que en este caso las dos hablabamos de chicas) y de como pueden llegar a descontrolarse.
En cierto punto de la conversación de carácter cómico, la cosa cogió un rumbo más «serio» al decir yo «no sé, pero tampoco es malo que se descontrolen, a mi parecer significa que estñan bien planteadas como personaje y evolucionan contigo y con el tiempo dentro del hobby» (puede parecer reflexión típica de borracho o de influencia de porretes, pero no es el caso).
El punto es ese, que durante el transcurso de estos añitos dentro del hobby y sobre todo ahora con las últimas incorporaciones que han ido llegando a la família y a las que además he ido dando vida yo misma por completo y desde cero, me he dado cuenta de esto.
Cuando comencé, me pasó imagino que como a mucha gente cuando empieza, que te entra «el ansia del gastizo» y solo quieres comprar y lo haces bajo el impulso de un sentimiento que probablemente es o será fugaz aunque en ese momento pudiera ser importante, la cosa es que las muñecas compradas en ese momento; la mayoría, se han quedado estancadas en ese sentimiento y no han evolucionado nada desde entonces, si, les tengo cariño y no pienso en desprenderme de ellas, pero ahn quedado relegadas a «muñecas de exposición» dentro de la família de El Baúl de las Kekas.
La cosa en cambio, es diferente para las últimas que han ido llegando ¿por qué? pues principalmente por que han nacido con calma y la idea fue madurando lo suficiente hasta realmente poder decir «es su momento» y aun ahora siguen madurando y evolucionando, por eso se vuelven caprichosas. Mirad por ejemplo Larina y Lula, las dos han cambiado desde que llegaron, incluso a la hora de tener su espacio personal, Riko y Nao también tienen su propia fuerza, de Nishiki ya ni hablemos…; a ver, que con esto no quiero decir que las muñecas que ahora estñan un poco es «segundo» plano, no puedan tener su momento; para nada, Okiku parece que no, pero reclama su atención, solo que no puedo atenderlas a «todas» al mismo tiempo y aun así he encargado una cosa muy guay para ella; los miembros más grandes igual, están a la espera de su momento, a que yo termine de sentirme cómoda con su tamaño y a buscar cosas de este; por que si, cada muñeca tiene su momento y como le decía a mi amiga, ese momento puede llegar pronto, tarde, nunca; puede ser fugaz pero aun así con la fuerza suficiente como para permanecer o no y ser todo lo contrario siendo la mejor opción el dejarla ir y no por ello hay que sentirse mal.
En fin, resumiendo, que cuanto más caprichosa se vuelve (por lo menos en el caso de El Baúl de las Kekas, más me hace evolucionar a mi, más creativa me vuelvo, más elavoradas mis ideas y por lo tanto mejor me van saliendo a mi los customs; así que sí, aunque me pueda doler en el bolsillo muchas veces, bienvenido sea el descontrol de las caprichosas.
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